2.3.07

Los Superhéroes son una mierda

Y el manga también, qué tanto.

A lo sumo, como para no quedar como un obtuso, puedo admitir que son una lectura natural entre los 8 y 14 años, cuando uno es inevitablemente pelotudo. Porque todos los adolescentes son pelotudos. Y está muy bien que los grandes maestros, argentinos y franceses (Uderzo a la cabeza), salgan a criticar a los superhéroes o el manga, brindándonos un poco de su lucidez sempiterna.
¿Qué quiere decir sempiterna? Bueno, no importa. Parece que no está tan mal hablar de lo que no se sabe, más aún cuando uno es un Gran Maestro. Y yo ya lo soy, qué tanto, gané un premio. Así que ahora hablo mal de superhéroes y newtypes por igual. Total tengo mucho respeto por malgastar.
En fin, debo confesarlo: estoy mal. Estoy mareado, Norberto. He perdido la brújula una vez más. Ya me pasó una vez, cuando me tiraron varios Alanmures y Neilgaimanes por la cabeza y tuve que admitir, que sí, bueno, HAY ALGUNAS COSAS EN LOS SUPERHÉROES QUE ESTÁN BUENAS. Desde ese día, Nikopol nunca me miró igual desde la tapa de La Feria de los Inmortales. Antes su mirada era cómplice. Ahora me observa con un algo de lástima y mucho de incomprensión. Como un trajeado escribano sexagenario que mira a su hijo sirviendo panchos en Florida.
Estoy en problemas, Norberto, desfallezco, se me doblan las piernas. Miro con culpa a la pila de bellos álbumes franceses que me traje de París, que se resignan en la biblioteca, torcidos, abandonados, apenas leídos. Todo eso porque leí Ex Machina (DC Wildstorm) de Brian Vaughan y Tony Harris. Una de superhéroes.
Hasta aquí estuve exagerando para hacerme el gracioso, a partir de ahora no, créanme: “Ex Machina” es la mejor historieta que leí en los últimos años. Así de una. Me atrevo a afirmar que desde Watchmen que no me enganchaba así con el género superheróico. Ok, es una de superhéroes muy rara. Pero bueno, es de superhéroes: hay indentidades secretas, superpoderes, trajes raros, gente que vuela, está todo!
Hace rato que escucho que Brian Vaughan es la nueva joya del mainstream americano y la verdad que ahora veo por qué. No es un cloncito alborotado de Moore, para empezar. Ni es un canchero que trata de ser hipercool mientras pasa su vida frente a una laptop. Y es momento de una salvedad: estoy seguro de que debe haber muchas otras cosas buenas con las que no me he topado; hace meses que no paso por una comiquería, básicamente porque tengo pilas de material francés por leer y me da como cosa gastar 40 mangos en otra historieta más que va a ir al pilón. Pero como estas cosas me las prestan mis alumnillos (mil gracias Juan Pablo), las leo rápido así se las devuelvo de una semana a la otra, tratando de con mi ejemplo aprendan a devolverme mis propios libros en lapsos más breves que seis meses (maldito Carreras).
La cuestión es que me siento raro. Yo trabajo para el mercado europeo, y soy guionista. Pero lo cierto es que Europa, en todo lo que involucra a la FICCIÓN* en viñetas, todavía está varios pasos por detrás de los yanquis y japoneses. Los franceses pasaron demasiado tiempo obnubilados por sus bestias dibujantes, se dieron cuenta hace unos diez años y desde entonces están poniéndose al día, gracias a la nouvelle BD y a escasos autores mainstream. Pero por más que leo a Trondheim, Sfarr, De Crecy y otros de mis amados galos, basta el sólo ejemplo de Dan Clowes para subir el listón una vez más desde el otro lado del Atlántico. Clowes es un yanqui indy, ya sé, un raro. Pero ahora también caen bombazos desde el mainstream, “Ex Machina” lo demuestra. Acuérdense, en cinco o seis años, los franceses le darán un premio tardío. Y me quedo pensando cuánto tiempo podrá pasar hasta que un guionista francés se le ocurra meterse con la política y la sociedad francesa del modo que lo hace Vaughan con la yanqui, con tanta creatividad y talento.
Y no me hagan empezar a hablar del ánime japonés. Porque me salgo de la vaina. Apenas si comencé a mirar series como Samurai Champloo o Paranoia Agent. Pero ya me basta para sentir que todavía estoy inmerso en (pero no condenado a) la prehistoria del guionismo.
Habrá que seguir soportando las miradas subestimantes y hasta indignadas de los Grandes Maestros que ven pasar a las cosplayers bulímicas vestidas de Asuka por los pasillos de Megacomic. El día que los guionistas de Argentina o Europa, yo incluido, hagamos algo lejanamente cercano a la complejidad de Evangelion, nuestras miradas superadas tendrán un poquito más de legitimidad, hasta entonces… nada.

Ahora mis álbumes parisinos relucientes deberán esperar a que lea Barrio Lejano de Jiro Taniguchi (gracias Carreras). Pero bueno, si mis libros se impacientan, que charlen con el último Asterix de Uderzo y su alma, porque como todos saben, el manga es una mierda.
Saludos cordiales,
Diego

*subrayo “ficción”, porque en lo que hace a las autobiografías, tan de moda, es otro cantar. Y tema para otro post.