28.10.10

Néstor Kirchner: Q.E.P.D

Hoy dibuja: Fernando Baldó

Esta es la tira especial que salió hoy en el Diario Tiempo Argentino. Como hijo de familia radical que soy, me costó mucho convencerme de que Kirchner era, a fin de cuentas, un gran tipo y un gran presidente. Allá por el 2003, agradecía la bajada de Menem, para no tener que votarlo a Kirchner, que ya en aquel momento daba sus primeras muestras de populismo e intolerancia. En su mandato dio más de un buen signo: la política de derechos humanos, la anulación de los indultos, la reestructuración de la Corte Suprema, entre otras tantas. Pero yo aún seguía porfiado. Así fue que en el 2007, voté a Elisa Carrió. En fin. Nunca me arrepentí tanto de un voto. De a poco, a Kirchner lo empecé a admirar, a la luz del horror que me producían sus enemigos. El espanto conjunto que emanaban entes como La mesa de enlace, Cleto, Macri, la Sociedad Agraria, De Narváez, la misma Elisa Carrió, Duhalde y un larguísimo y oscuro etcétera, sobrepasaban, y por mucho, cualquier horror que pudieran producir los monstruitos propios: De Elía, Guillermo Moreno, la patota del Indec, el tren bala, etc. Y entonces, ya con Cristina, llegaron la Ley de Medios, la Ley de Matrimonio Igualitario, la Nacionalización de la AFJP y muchas otras medidas con las que yo estoy plenamente de acuerdo. De repente, y para mi sorpresa, descubrí que un tibio orgullo ajeno comenzaba a gestarse hacia la gestión de los K, un gobierno peronista, mientras el viejo, pero familiar, radicalismo solo me deparaba una verguenza creciente.
La historieta argentina le debe mucho a los Kirchner. No solo por lo que aparejó su gestión a nivel económico, que permitió el desarrollo de la industria editorial del sector, sino también por muchas medidas puntuales, que directa o indirectamente, dieron vigor y reconocimiento a nuestro arte. Basta enumerar unas pocas: la subvención de la Revista Fierro con publicidad de la Presidencia de la Nación, el apoyo desde la Biblioteca Nacional al congreso Viñetas Serias, la adopción de El Eternauta como signo político (un tema que da para varios artículos por sí mismo), aparejado al reconocimiento oficial a la lucha y la vida de Héctor German Oesterheld y de su viuda Elsa. Hace pocos días, a través del blog la Nuez, me enteré de un proyecto de ley, multipartidario, que propone la creación del Museo de la historieta Héctor Germán Oesterheld. Un sueño de muchos que por un largo tiempo parecía imposible. La promulgación de esa ley podría servir como un salto cualitativo ideal para un proceso que se inició en el 2003 y que debe continuar.
Claro que hay muchos sectores que no quieren que nada continue. Las comparaciones, siempre con salvedades insuficientes, entre Cristina e Isabelita, no solo son de mal gusto y forzadas, sino que proponen un final que muchos seguramente ansían. Todos sabemos cómo termino Isabel de Perón. Ahora tal vez sea el momento de demostrar un compromiso y un apoyo a esta gestión, que para muchos, como es mi caso, es algo completamente nuevo.
Nunca voté a un peronista. Y antes estaba orgulloso de eso. Ahora espero ansioso las elecciones del 2011, aún sintiéndome radical, para poder votar a Cristina Fernández con una convicción que no tuve nunca al momento de votar un presidente.