Bueno, se acaba un glorioso año para la historia de la historieta argentina. Durante estos meses pasó de todo y se publicó de todo, y a medida que se va acercando el final, las buenas noticias parecen amontonarse, como si ninguna quisiera dejar de ocurrir en este recordable 2007. Más allá de las alegrías personales (la publicación de Bertold en España, el premio Papa Fina), lo que verdaderamente sacudió este aire veraniego fueros las buenas cosas que le están pasando a gente cercana y amiga. A saber:
- La edición por parte de Domus de El Granjero de Jesú (Angel Mosquito) y de Indecentemente Cursi (Carnochinasky) en sendos tomos recopilatorios. Impecables. Vayan y compren ambos. Como puede notarse en flyer virtual de ahí arriba, la presentación es en LDF, el próximo sábado 29. Perú 711. 19hs.
- Edición de Dante Elefante (de Javier Rovella) en la colección "Aventuras Dibujadas" también de Domus Editorial. El libro que yo más quería, por fin, editado. Una joya absoluta que se publica regularmente en la clásica revista francesa Spirou. Rovella conjuga en esta obra dos de las categorías más difíciles de la historieta: la breve y la muda. Absolutamente brillante.
- Por último, a modo de coda explosiva, sacude el status quo el cambio de diagramación y staff de la última página de La Nación, con la merecidísima aparición de Max Aguirre y su tira Jim Jam y el Otro. Con Liniers y Tute (que también estrena tira, llamada "Batu"), son un tridente de grosedad que da ganas de volverse un viejo de mocasines, cinturón blanco y pañuelo bordó, que toma café en la Biela, vota a Macri y obviamente, compra La Nación todos los días.
Para uno que supo vivir años y más años donde todo eran garronazos y pronósticos aciagos, vivir estos momentos de concreción y maravilla, no deja de sentirse como un calorcito en el estómago. Todavía falta, más vale. Pero qué lindo, eh. Qué lindo. A brindar! Para la historieta, fue un Fin de Año Feliz, literalmente hablando.
Salú y felicidades! O sea, el plural de felicidad.
D.